Un traductor jurado (también denominado traductor oficial) es aquel que está facultado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación (MAEC) para realizar traducciones desde una lengua extranjera hacia el español o viceversa.
Las traducciones llevadas a cabo por un traductor jurado tienen carácter oficial y pueden ser aportadas ante cualquier órgano judicial o administrativo. A través de su firma y sello, el traductor jurado da fe de la fidelidad y precisión de sus traducciones, incluyendo, además, la certificación que dicta el propio Ministerio.
A pesar de contar con la habilitación del MAEC, un traductor jurado no es un funcionario público que tenga plaza permanente ni mantiene ningún vínculo orgánico o laboral con la Administración Pública. Los traductores oficiales son profesionales libres altamente cualificados que forman parte de la plantilla de alguna agencia de traducción o desarrollan su actividad de manera independiente.
En la actualidad, el papel del traductor jurado en la sociedad está adquiriendo cada vez mayor relevancia debido al acelerado crecimiento de la globalización, un fenómeno que se inmiscuye en muchos y diferentes ámbitos, el comercio internacional y las migraciones, lo cual implica una creciente demanda de traducciones juradas y, por ende, de traductores jurados que confieran validez legal a la traducción de cualquier documento necesario para el correcto desarrollo de un trámite o actividad.
Cada vez son más las personas que optan por emigrar en busca de un futuro mejor, ya sea por razones políticas, económicas, laborales, académicas o personales, y requieren los servicios de un traductor jurado que lleve a cabo la traducción oficial de sus documentos, no solo antes de partir, sino también al regresar a su país (p. ej., certificados de antecedentes penales, constancias de trabajo, cartas de recomendación, certificados expedidos por el Registro Civil, documentación académica o corporativa, certificados médicos, etc.).
Aquellas personas que se hallan en posesión del título de traductor jurado que otorga el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y permite ejercer como tal lo han obtenido a través de una de las tres vías siguientes:
Los dos procedimientos vigentes en la actualidad comparten una serie de requisitos comunes que deben cumplir todos aquellos que aspiren a convertirse en traductor jurado, a saber:
Más allá de los requerimientos puramente formales, hay ciertas condiciones que, en nuestra opinión, un buen traductor jurado debe reunir:
Como comentábamos al principio, la función social del traductor jurado es cada vez más universal y necesaria, lo cual hace imprescindible establecer unas normas deontológicas que ayuden a definir la conducta ética deseable y eviten comportamientos poco adecuados que desprestigien nuestra profesión. Cualquier traductor jurado debe basar su actividad en los siguientes principios:
La función del traductor jurado consiste esencialmente en realizar una traducción fiel y completa del documento original, sin adiciones ni omisiones, y cumplir en todo momento con la normativa aplicable en materia de traducción jurada, garantizando, además, la plena confidencialidad de los documentos. Un profesional no debe extralimitarse nunca en sus competencias. Esto es lo que no hace un traductor jurado:
Para saber si necesitas una traducción jurada, lo primero que debes preguntarte es la finalidad del documento que necesitas traducir y el organismo ante el cual debe presentarse.
Generalmente, si tienes que presentar un documento traducido ante algún organismo oficial, como puede ser la Administración Pública, Extranjería, un juzgado o una institución académica, dicha traducción deberá ser realizada por un traductor jurado debidamente habilitado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
Cada página deberá, por tanto, incluir la firma y el sello del traductor jurado, quien al final del documento incluirá la certificación decretada por el propio Ministerio, mediante la cual se hace constar que la traducción jurada es fiel y completa.
Entre los documentos que un traductor jurado suele traducir se encuentran los siguientes:
En nuestro sector no contamos con un colegio oficial de traductores jurados que regule el ejercicio de la profesión, por lo que cada traductor jurado tiene sus propias tarifas y condiciones. Realmente, no hay una respuesta exacta y única para esta pregunta, sino que son varios los factores que pueden influir en el precio final de un proyecto. No obstante, todos los traductores jurados seguimos más o menos el mismo procedimiento a la hora de elaborar un presupuesto.
Cuando nos encontramos con un «documento breve», cuyo contenido es inferior a 400 palabras, solemos aplicar una tarifa fija, que es la mínima por proyecto de traducción jurada. Cuando hablamos de «documento breve» o «documento mínimo» nos referimos, por ejemplo, a un certificado de antecedentes penales, un título universitario, un pasaporte, un permiso de conducir o un certificado de Trinity, Cambridge o Aptis. Por el contrario, si el documento es más extenso, lo habitual es realizar un conteo de palabras y aplicar la tarifa por palabra correspondiente. Tanto la tarifa mínima como la tarifa por palabra la establece cada profesional a partir de los siguientes criterios:
La gran mayoría de los clientes que contactan con nosotros lo hacen desde el completo desconocimiento, ya que nunca antes se han visto en la situación de tener que solicitar una traducción jurada. Desafortunadamente, hay quien se aprovecha de ello vendiéndose como «traductor certificado» o «traductor notarial» (denominaciones que no son oficiales) para estafar a quienes requieren este servicio. Por tanto, es esencial asegurarse de que un traductor jurado ha sido nombrado como tal antes de confiarle una traducción, pero ¿cómo saber que no te están timando?
Con el objetivo de informar a la sociedad y evitar cualquier tipo de engaño, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación publica periódicamente un listado de traductores jurados que se actualiza cada mes y en el cual figuran el nombre y los datos de contacto de aquellos traductores oficiales debidamente habilitados que se encuentran en ejercicio activo. Junto a estos se especifica también la fecha exacta en la que obtuvieron su nombramiento y la vía de acceso al mismo (exención de examen, reconocimiento de cualificaciones profesionales o superación del examen que cada cierto tiempo convoca el propio Ministerio). En este documento, los traductores se agrupan por idioma y por provincia con el fin de que a los usuarios les resulte más fácil encontrar un traductor jurado cerca de su domicilio o lugar de trabajo.
Otra opción incluso más sencilla que la anterior es contactar con una agencia de traducción especializada en traducción jurada que ofrezca un servicio integral, de manera que no tengas que preocuparte más que de enviar el documento o los documentos originales. Esa es la labor de Between Traducciones. Cuando recibimos una solicitud de presupuesto, analizamos los detalles del encargo (naturaleza del documento, combinación lingüística, número de palabras, plazo de entrega, etc.) y contactamos con los traductores jurados de nuestra base de datos que más se adaptan a las condiciones del proyecto con el fin de ofrecer al cliente la opción más rápida y económica. Nosotros nos encargamos de gestionar todo el proceso y hacerte entrega de la documentación final ya traducida. Por supuesto, todos nuestros traductores jurados cuentan con la acreditación oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y figuran en el listado de traductores jurados que mencionábamos antes.
Between Traducciones, como Agencia de Traducción Jurada que somos, te ofrecemos los siguientes traductores jurados:
La normativa más reciente en materia de traducción jurada es la Orden AEC/2125/2014, de 6 de noviembre, por la que se dictan normas sobre los exámenes para la obtención del título de Traductor-Intérprete Jurado. Además de regular todos los aspectos relativos a dichos exámenes, el listado de traductores jurados y la inscripción en el registro de traductores jurados del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, esta normativa introdujo una serie de modificaciones importantes en relación con nuestro sello y certificación.
Desde ese momento, en el sello de cualquier traductor jurado figura exclusivamente su nombre y apellidos, el idioma o los idiomas para cuya traducción e interpretación ha sido habilitado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y el número de Traductor-Intérprete Jurado asignado por este mismo departamento ministerial. Esta normativa obliga, asimismo, a acompañar la traducción jurada de una copia del documento original, fechada y sellada en todas sus páginas, a efectos de comprobar la autenticidad del original y su correspondencia con el texto traducido.
Finalmente, en la última página de cada traducción debemos incluir la fórmula que figura en el anexo II de la Orden AEC/2125/2014, mediante la cual el traductor jurado certifica la exactitud de sus actuaciones. También está permitido incluir junto a esta su traducción hacia el idioma de que se trate, siempre y cuando se ajuste a la original en español. Literalmente, la fórmula dice así:
«Don/Doña ………………………………………………………………..…. (nombre y apellidos), Traductor/a-Intérprete Jurado/a de ………………………….…. (idioma) nombrado/a por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, certifica que la que antecede es traducción fiel y completa al …………………………………….……………. (lengua de destino) de un documento redactado en …………………………………….…………. (lengua de origen).
En ……………………………………..…. (lugar), a ……………………………… (fecha)».
Otras normativas que rigen la actividad del traductor jurado son las siguientes:
Para la recogida y entrega de documentos en nuestra oficina es imprescindible cita previa.